(Imagen tomada de http://el-centesimo-mono.blogspot.com/2012/11/25-n-dia-mundial-contra-la-violencia.html)
Yo sufrí Violencia Obstétrica. Casi todas las mamás que conozco la sufrieron también.
Muchas veces no nos damos cuenta de que la hemos sufrido hasta que comenzamos a leer o informarnos sobre el tema. Salimos del sanatorio con nuestro bebé, felices por supuesto, pero algo nos dice que no todo estuvo bien…
En mi caso, sentí que me robaron mi parto. A vos te pasó?
Hablar para sanar
Este post está en los borradores del blog hace más de un año. Cada vez que intento escribir, no puedo. Cada vez que intento leer sobre el tema para «armar» el artículo, no puedo.
Es una respuesta traumática. Aún quedan heridas por sanar.
Creo que este tipo de respuesta está, en parte, relacionado con la invisibilidad que tiene la violencia obstétrica.
A todas nos cuesta hablar de lo que nos pasó. No queremos revivirlo. Tenemos a nuestro bebé con nosotras, deberíamos estar satisfechas, no? NO?
NO.
Así que hoy voy a intentar una vez más, escribir sobre el tema. Y si ayuda a que alguna otra mamá se re-plantee lo que vivió, o a que una futura mamá se sienta más empoderada de lo que yo estuve para evitarlo, me sentiré -ahí sí- satisfecha.
Qué es la violencia obstétrica?
La violencia obstétrica se encuadra dentro de la violencia de género, ya que atañe a todos los actos que violentan a la mujer en su etapa de convertirse en madre. Maltratos verbales o físicos, intervenciones innecesarias, no informadas o no consentidas, dentro del embarazo, parto o puerperio.
Para ser más claros, les dejo aquí un test de violencia obstétrica desarrollado en Argentina, donde ya hay legislación específica al respecto:
Test de Violencia Obstétrica
Mientras estabas internada en la clínica u hospital, con contracciones de trabajo de parto,
- ¿El personal de salud hacía comentarios irónicos, descalificadores o en tono de chiste acerca de tu comportamiento?
- ¿Te trataron con sobrenombres (gorda) o diminutivos (gordita-mamita-hijita) como si fueras una niña incapaz de comprender los procesos por los cuales estás atravesando?
- ¿Fuiste criticada por llorar o gritar de dolor, emoción, alegría, durante el trabajo de parto y/o el parto?
- ¿Te fue difícil o imposible preguntar o manifestar tus miedos o inquietudes porque no te respondían o lo hacían de mala manera?
- ¿Se realizaron alguno o varios de los siguientes procedimientos médicos sin pedirte consentimiento o explicarte por qué eran necesarios?
- Rasurado de genitales,
- enema,
- indicación de permanecer acostada todo el tiempo,
- rotura artificial de bolsa,
- administración de medicación o goteo para “apurar” el parto,
- tactos vaginales reiterados y realizados por diferentes personas,
- compresión del abdomen en el momento de los pujos,
- episiotomía,
- cesárea
- raspaje del útero sin anestesia.
En el momento del parto,
- ¿te obligaron a permanecer acostada boca arriba aunque manifestaras tu incomodidad en esa posición?
- ¿Fuiste obligada a quedarte en cama impidiéndote caminar o buscar posiciones según tus necesidades?
- ¿Se te impidió estar acompañada por alguien de tu confianza?
- ¿Se te impidió el contacto inmediato con tu hija/o recién nacido antes de que se lo llevara el neonatólogo para control? (acariciarlo, tenerlo en brazos, verle el sexo, hablarle, darle el pecho, etc.)
Después del parto,
- ¿Sentiste que no habías estado a la altura de lo que se esperaba (que no habías “colaborado”)?
- Podrías decir que la experiencia de la atención en el parto ¿ te hizo sentir vulnerable, culpable o insegura?
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es «Sí», entonces fuiste víctima de violencia obstétrica. No importa si es sólo un «Sí» o varios.
Dónde ampararse e informarse?
En cada país hay distintas reglamentaciones, leyes, protocolos de atención. Voy a compartir aquí los de Uruguay, que es donde vivo. Les aseguro que la mayoría de los puntos no son cumplidos en forma rutinaria. Les recomiendo ampliamente que busquen los correspondientes a su país.
- Reglamentación del acompañamiento en el parto (Ministerio de Salud Pública)
- Derechos de Salud Sexual y Reproductiva (Cuaderno de divulgación redactado por MYSU)
- Norma Nacional de Lactancia Materna (Ministerio de Salud Pública)
- Norma de Atención a la Mujer Embarazada (Ministerio de Salud Pública)
- Norma de Atención a la Mujer en el Parto y Puerperio (Ministerio de Salud Pública)
Busquen, lean todo lo que puedan, infórmense, compartan, pregunten lo que no entiendan. Es su cuerpo, son sus decisiones, son sus hijos.
No estoy diciendo con esto que la culpa sea nuestra por no defendernos. No voy a culpabilizar a la víctima como suele suceder en la violencia de género. Pero sí debemos asumir que en esta sociedad,
- donde el patriarcado indica que la mujer no sabe nada de su cuerpo y debe ser atendida y controlada;
- donde el mercantilismo hará todo lo posible para que los procesos más costosos aunque innecesarios sean llevados a cabo;
- y donde el poder médico hegemónico tratará todo proceso natural como patológico o de riesgo…
somos nosotras, junto a nuestros compañeros, nuestros amigos, y aquellos profesionales que sí comprenden que este es un tema de derechos humanos inalienables, quienes debemos informarnos y pelear por lo que nos corresponde recibir.
Querés contarme algo más de tu experiencia o reflexiones sobre el tema? Dejame un comentario! Me encantará leerte.
uff, Mariel, qué duro, hace casi dos años de mi parto y tengo un nudo en la garganta al leerte. Yo salí del sanatorio creyendo que mi parto había sido genial, luego empecé a recordar…mientras explicaba a mi hermana y a mi madre lo que había vivido. El mío fue un parto inducido. Había roto la bolsa y 12 horas después seguía sin contracciones. La comadrona que me atendió fue muy dulce y respetuosa, pero cuando se fue a comer y me dejó con su compañera de turno, todo se descontroló. Yo quería un parto natural, no quise anestesia, pero cuando el dolor fue insoportable, le dije a la partera que quería la peridural porque me dolía demasiado. Su respuesta fue «¿y qué te creías que era parir, tu madre no te explicó?» para colmo, cuando me venían las contracciones y del dolor me doblaba hacia adelante, me decía que así ella no podía monitorizar al bebé, que me quedara quieta, me sacó la pelota de pilates y me puso en una silla dura. Yo, que hasta ese momento venía controlando la respiración durante las contracciones y llevandolo bastante bien, perdí el control y el dolor me inundó, gritaba sin control y desesperada, en fin, es muy largo de contar y muy duro, pero gracias por este espacio para revivir esto. Otra cosa que hasta ahora no consideraba como violencia, es que luego del parto, me dijeron que no expulsaba la placenta lo suficientemente rápido. Vino una ginecóloga, con un motón de «mirones» y me desprendieron la placenta manualmente. El dolor más insoportable que puedo recordar…pedía anestesia a gritos, pero me decían que no había tiempo, que se cerraría el útero y no sé qué mas. Yo no se bien cuanto tiempo pasó desde que nació hasta que me hicieron esto, pero lo que yo recuerdo es que no dieron tiempo a la expulsión natural. Sinceramente, creo que fue innecesario, y que al ser un hospital universitario, querían enseñar la maniobra a los alumnos y me tocó la mala suerte a mi. Estoy muy enfadada y dolida!
Gracias Mariana por pasar y compartir tu historia. Lamento muchísimo que hayas sufrido esa violencia. Te abrazo a la distancia y dentro de la tristeza, me alegro de que el artículo ayude a seguir abriendo caminos, generando visibilidad. TODAS las mujeres tenemos derecho a parir dónde, cómo y con quién queramos.
Ay Mariana, te juro que te leo y lo siento en carne propia, piel de gallina! Para saber lo que se siente hay que estar ahí. Qué triste darse cuenta que lo que vivimos fue violencia, cuán naturalizado está. Abrazos virtuales.
Qué identificada me sentí. También tengo en borrador un post similar. También tengo heridas sin sanar, sin duda. Mi parto fue una cesárea de emergencia en la semana 33. Uno de los pocos casos que SI requieren cesárea. De todos modos me quedó un sabor amargo, amarguísimo. Preguntas en el tintero, falta de información, violencia verbal por parte de «mi» obstetra. Qué arduo y duro camino nos falta recorrer en este sentido (y en muchos otros). Comparto tus ideales, te sigo! Te invito a sumarte a nuestra comunidad en Facebook: Criando Pensamientos. Un abrazo.
Hola y bienvenida Noe!!! Qué fuerte, el tema de la violencia en las cesáreas es incluso más invisible. Porque cuando son realmente necesarias, es tan fuerte la sensación del riesgo de vida que todo lo demás pasa a un segundo plano… hasta que pasa el susto, y comenzamos a darnos cuenta de que no todo estuvo bien. Te mando yo también un abrazo y te busco en FB para seguirte!
[…] Este post es continuación del de el viernes anterior, en donde hablamos de Violencia Obstétrica. […]
[…] post es parte de una serie; podés leer los artículos anteriores aquí y […]
Desde el primer momento sentí que volver a casa con un niño tan hermoso, sano y saludable, no era suficiente para aliviar el dolor del parto que no tuve. Poca gente lo entendió. Escuché demasiadas veces «pero lo tenés contigo, es tan lindo, está bien, no importa como llegó» Demasiadas para sentir que se empatiza con esa madre, con ese adulto que estuvo ahi en ese nacimiento, y que no recibió lo que merecía, esperaba y necesitaba. Coincido con Odent en cuanto a que cambiemos el mundo cambiando la forma de nacer. Puede no sonar lindo, pero subvalorar la experiencia de la madre, en pro de que «el niño está bien» me parece de un gran egoísmo, del mismo modo que se acusa a las mujeres a estar mas egoístas en este tiempo, pretendiendo partos que pueden poner en riesgo la salud del niño (en domicilio, sin intervenciones, etc). de teorías psicológicas no se mucho, soy médico,no me formé en psicología, pero soy mujer y madre, y estuve en esa situación. La madre es la que está ahí como adulto consciente, con memoria y que va a crear un recuerdo con el que lidiar, a partir de la experiencia. Para sentirse en poder y con confianza de la situación, o para comenzar una cadena de inseguridades, sumadas al puerperio, que ya es decir bastante. Ese momento es el inicio de un largo camino, la crianza, y una mujer que siente que lo hizo bien, que pasó por una experiencia de empoderamiento y no de vulneración, seguro está mejor parada para todo lo que se le viene.
Coincido plenamente contigo, Eleonor. Lamentablemente la medicalización y consiguiente patologización del parto están tan difundidas que pocas personas se lo plantean.
Me encantó lo del empoderamiento como inicio de una crianza más segura, no lo había pensado desde ese lado. Gracias!
Lo lei en algún material de Gaskin. ¿Cómo vas con Partería espiritual? 😉
Lo tengo en stand by ahora, xq estoy a full con la formación de porteo 🙂
[…] se trató de un aborto con intervención médico-hospitalaria, muchas veces existe violencia obstétrica, que complica todo el […]
[…] sí mismo como proceso energético, porque ya he hablado bastante de ello. También de cómo puede incidirse violentamente en ese proceso, generando […]