Violencia en el consultorio

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Historias que se repiten:

Control pediátrico de niño sano de un año. El niño tiene miedo, ve una persona que no conoce vestida de blanco. Lo desnudan y tocan sin saber por qué. Llora.

El médico «necesita» revisar más a fondo, increpa a la madre para que colabore, «Este niño lo que tiene son mañas».

Finalmente, después de pasado el control, el niño se duerme cansado de luchar. «Vio? Ese llanto era de sueño.»

La madre se va, angustiada, sintiéndose culpable por no haber defendido a su hijo, deseando y sabiendo en el fondo que una experiencia menos violenta es posible…

Esa mamá fui yo.

La violencia en el consultorio es una más, de las que tenemos que enfrentar -todos- día a día. Está tan naturalizada que muchas veces no la vemos. Hoy voy a tratar de hacerla un poco más visible.

La violencia en el consultorio

Qué nos pasa ante la figura del médico? Por qué están tan investidos de poder?

Es algo que me he preguntado muchas veces. Como hija de médico conocía el poder «benéfico» por así decirlo, del saber médico. Pero nunca se me había hecho conciente que el médico es eso, una persona que estudió sobre enfermedades y .que -con suerte- tiene vocación para ayudar. Tan sólo eso.

Somos nosotros, es la sociedad en la que vivimos, la cultura que construimos, que los dota de un poder casi mágico. Nos ponemos en sus manos, literalmente, desconectándonos de nuestra capacidad de curación.

El ámbito del cuidado de otros, de la sanación de dolencias, debería ser un espacio lleno de energía femenina, contenedora, respetuosa, maternante.

El modelo médico hegemónico coloca a los profesionales de la salud (hombres y mujeres) en un pedestal, desde el que se manejan con intervenciones llenas de una carga energética masculina.

Ni que hablar que en ámbitos como la atención de embarazadas, bebés y niños, debería haber necesariamente escucha y empatía, cualidades femeninas por definición (tanto de hombres como de mujeres). Es el espacio por excelencia desde el que se puede trabajar en la verdadera prevención, apuntando al empoderamiento, la confianza en sí mismos.

Pero no; gracias a este lugar de poder que les otorgamos -y ellos asumen, por supuesto- los consultorios pasan a ser lugares donde hay un señor o señora altamente identificados con ese «endiosamiento», sin siquiera dejarse conmover por el llanto cristalino de un niño o sin consultar a quien está conectada y convive con él, su mamá.

La cultura en la que nos criamos

No puedo evitar la asociación entonces, con la cultura del patriarcado; la misma que nos ha hecho desconectar de nuestra energía femenina, que nos ha hecho mirar en menos las capacidades de empatía y ternura…

Una cultura que subvalora profundamente todas las profesiones relacionadas al cuidado, muchas de las cuales son asumidas por mujeres.

Una cultura que promueve el autoritarismo, el doblegarse ante el poder del otro, hasta que puedas vos doblegar al siguiente.

Una cultura que plantea la desconexión entre mamá y bebé, lo más pronto posible.

 

Por suerte, no todos los médicos son así, y de a poco muchas personas vamos despertando (una vez más, gracias a mi pequeño maestro!), sabiendo que otros caminos son posibles, encontrándonos con aquellos junto a los cuales podemos crearlos.

 

10 Comments

  1. Mariel, GRACIAS por este bello post!
    He pasado por la misma situación solo dos veces en mi vida. A la tercera me prometí defender mi espacio, mi forma de crianza, mi hija!

    Es tanto lo que nos han impuesto como sociedad a OBEDECER en lugar de tener criterio, que estas son las consecuencias….

    Al final, es necesario proteger a nuestros hijos como mamás osas y sacar las fauces, es es que es necesario 😉

    1. Gracias a vos Carolina por pasar y comentar. Es así, proteger a nuestros hijos nos hace ver qué tan desprotegidas estamos en muchas situaciones. Ojalá de a poquito logremos un cambio…

  2. Hola Mariel,
    En estos días venía pensando algo parecido a esto, y que tu sabes poner de manera tan bonita!
    Y lo que siento es que cada vez tengo menos ganas de levar a mi bebé a la consulta pediatrica.
    Un beso!
    Michelle.

    1. Hola Michelle! Comprendo tu sentir. Lo que importa aquí es lo que tú sientas que es necesario, y poder poner límite a lo demás. Y siempre está la posibilidad de cambiar de médico 😉
      Gracias por pasar y comentar!

  3. Gracias Mariel por tocar este tema, he sufrido lo mismo en los controles de mi niño y hasta te digo que se me han caido las lagrimas porque mi hijo desde que entramos al policlinico ya tiembla. Imaginate como me siento yo al llevarlo por obligacion a los controles. El ultimo control la Dra me dijo que con esa violencia no podia trabajar,me senti tan impotente como descolocada, la violencia a la que se referia era mi pequeño hijo de 2 años defendiendose de ese control impuesto.Aun me siento desconcertada pero decidi por ahora no llevarlo mas.

    1. Wow Leticia, qué fuerte, lamento que hayas pasado por esa situación. Lamento también que esa doctora se haya desconectado tanto de sí misma como para no ver el origen real de la violencia que tu hijo expresaba. Queda mucho por recorrer…

      1. Creo que la misma Dra conoce el origen real, mi hijo a los 9 meses estuvo internado una semana para analisis porque lo lleve a consulta ya que estuvo 4 dias con fiebre, solo eso….fiebre, pero para ellos eso ya es suficiente para experimentar. tenia las defensas bajas y hacia una semana le habia dado una de las tantas vacunas obligatorias. Se los comente mas de una ves y a mas de un profesional, nooo me dicen por eso no es. resulto entonces que el diagnostico fue un proceso viral. El primer dia eran 3 personas hurgando en sus piernitas y bracitos para colocarle un circuito, y el pobre asustado llorando y colocado bajo un foco de lus brillante y caliente me miraba pidiendo socorro y yo mueriendo de dolor por dentro con los ojos llenos de lagrimas me senti atrapada y malamadre por no defenderlo. y despues me dice la profesional que la violencia viene de mi hijo que no quiere revisarse`……………

        perdon Mariela por desahogarme

        1. No hay problema! Desahogate cuando así lo necesites. Conozco esa sensación que relatás. Espero que vos y tu hijo puedan sanarla.

          1. Exactamente eso deseo hacer Mariel y pronto, sobre todo sanarlo a el para que no acumule esos temores desde tan chiquito. La cuestion es que no se por donde arrancar y que terapia seria la mejor en estos casos.

          2. Mil disculpas Leticia!! Nunca recibí la notificación de este comentario 🙁
            Hay distintos abordajes de lo traumático, pero yo me enfocaría en sanarte a ti antes que a tu niño, ellos tienen una capacidad de sanación increible. Tu proceso del tema hará que fluya el de él. Más adelante, si notás que sigue habiendo algo en lo que necesite ayuda, entonces sí puedes enfocarte en una propuesta específica para él.
            Te recomiendo trabajar con alguien que se especialice en tratamientos breves, psicotraumatología, etc. Si lo deseas, envíame un privado que puedo contactarte con alguien. Un abrazo!

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