Hoy les voy a hablar de cómo definimos las emociones desde una perspectiva energética.
Tanto Reich como Lowen, quien fue su alumno y paciente y luego fundador de la Bioenergética, consideran que mente y cuerpo funcionan como uno solo. Todo lo que pase en un lado pasa en el otro también. En realidad no hay «lados» pero estamos tan acostumbrados a pensarlos en forma separada, que es más fácil para nosotros entenderlo si lo explicamos así.
Qué son las emociones?
Las emociones son energía en movimiento. E-moción: energía que se mueve.
En un organismo sano, emoción y expresión van unidas sin conflicto. En los niños es más fácil verlo: llega papá del trabajo y literalmente saltan de alegría. Si les pasa algo que los entristece, enseguida bajan los hombros y la cabeza, comienza a temblar el mentón, y diafragma y garganta se abren para dejar salir un llanto de esos que limpian todo.

Para poder sentir las emociones entonces, debe haber movimiento. Para poder sentir, hay que moverse. Si dejamos paralizado nuestro brazo, por ejemplo, al poco rato dejaremos de sentirlo.
El combustible principal para ese movimiento es la respiración. Si no respiramos, no nos movemos, y por lo tanto no sentimos. Si respiramos intensa y profundamente, sentiremos con más intensidad.
La coraza defensiva
Muchas veces, nos pasa que necesitamos defendernos de esa intensidad. Algo nos duele mucho y empezamos a respirar menos para sentirlo menos. Movemos menos el pecho, el diafragma, y la garganta, tensamos el cuello y la espalda, apretamos los dientes… todas son acciones defensivas ante un sentimiento o sensación demasiado intensa para lo que podemos tolerar. También sirven para expresar menos; si sentimos que explotar de rabia no es adecuado en el lugar o momento en el que estamos, la «aguantamos» tensando nuestro cuerpo, sobre todo en zonas específicas: mandíbulas, puños, espalda…
Hasta aquí, todo está bien. No tiene nada de malo defenderse cuando es adecuado y necesario. Una vez que logramos expresarnos, la tensión desaparece.
El problema es cuando el estrés se vuelve crónico. Si nunca podemos expresarnos como necesitamos, o siempre nos vemos expuestos a algo que nos duele, la tensión muscular se hace crónica. Hemos perdido contacto con esa porción de nuestros músculos y de nuestra energía. También con esa emoción. Hemos generado una coraza muscular que refleja esa área de conflicto emocional.
La tensión crónica se mantiene, aunque ya no exista la causa que la generó. Y como expliqué más arriba, al respirar y movernos menos, perdemos vitalidad.
Si tempranamente hemos aprendido que sentir y expresar mucho es peligroso, tendremos siempre miedo de sentir. Y por lo tanto, siempre coartaremos nuestra respiración.
Por eso es que es tan importante la prevención… Porque es más fácil ir por el camino de mantener aquello que ya es «sano» (expresarse emocionalmente) que recuperar una coraza ya cronificada.
La crianza se vuelve entonces una etapa fundamental para caminar hacia allí, no te parece?
[…] mencioné anteriormente, el organismo necesita tener mecanismos de defensa para asegurarse una vida autorregulada. En ese […]
[…] voy a ampliar lo mencionado ya en un artículo anterior. La respiración como función básica para la vida es bien conocida por todos, en el sentido […]
[…] tal, y retomando la definición de emociones que ya manejamos, se trata de energía en movimiento. Una energía que es visible cuando se acumula y necesita ser […]
[…] Lo primero es recordar, justamente, que se trata de una emoción. […]
[…] bueno poder descargar las emociones. Hablarlas, nombrarlas. Llorar lo que necesites, recibir abrazos y mimos, o pedir apoyo para estar […]
[…] ya lo he mencionado, pero toda emoción es energía en movimiento, por lo tanto, todas son válidas, correctas, […]
[…] ya he mencionado, las emociones son energía en movimiento, que debe ser descargada para que el sistema recupere su […]
[…] Anteriormente comenté que para los reichianos, no hay separación entre el cuerpo y la mente. El terreno de las emociones es biológico también. […]