Estoy cansada. Lo siento, en mi cuerpo, en mi alma, en mi cabeza.
Quisiera acostarme y dormir. O irme de vacaciones, bien lejos…
El día a día con un pequeño es agotador. Sobre todo cuando no hay tribu diaria que sostenga. Somos él y yo todo el día, hasta que llega papá.
Te pasa a vos también? Lamentablemente, es un denominador común en los tiempos que corren.
No sé muy bien cómo se puede hacer para cambiar algo de todo esto, pero te paso algunas cosas que me funcionan para «irla llevando».
Toma contacto con tus límites
Hace días que me duele mucho un hombro. A veces, los dos.
Los hombros son los que sostienen la «mochila» que cargamos cada día. Las obligaciones, las responsabilidades… las concientes y las que no notamos también.
A veces, la demanda constante de atención de nuestros hijos nos sobrepasa y les gritamos, o reaccionamos mucho menos respetuosamente de lo que desearíamos.
En esos momentos, me doy cuenta que todos mis hombros están en tensión, que siento como si llevara una tonelada sobre ellos.
Y uso esa conciencia corporal para detenerme, respirar, aflojarme… y tratar de ver qué cosas estoy haciendo, que van más allá de mis límites. La mayoría de las veces, no tienen que ver con mi hijo. Él sólo actuó de disparador, pero soy yo la que me he sobrecargado.
Si les interesa saber más sobre el lenguaje de las enfermedades, por así decirlo, les recomiendo el blog de mi amiga Alexandra, colega, compañera de viaje en los grupos de crianza.
Priorizar
Qué cosas de las que estás intentando hacer, pueden dejarse para más adelante? Qué cosas son realmente imprescindibles? Cuáles pueden delegarse a otra persona?
Es un ejercicio que a las mujeres nos cuesta mucho, sobre todo a las madres. Desde la tele, las publicidades, las revistas… por todos lados nos bombardean con una imagen de súper mamás que todo lo pueden. Y seguramente, además, sólo nosotras hacemos las cosas tan bien como nos gustan.
A mí particularmente me cuesta, porque soy de las que les gusta, por ejemplo, colgar la ropa con la costura para un lado y no para el otro. Y si alguien lo hace de otra manera… uffff. Pero estoy aprendiendo a soltar. Porque de verdad siento que es más importante dedicar esa energía a otras cosas 😉
Buscar compañía
Ya sé, en los tiempos que corren, es difícil. Todos estamos siempre ocupados. O no queremos molestar.
Pero de verdad, se vuelve imprescindible a veces, tener alguien con quien charlar un ratito. Aunque no hablemos de lo que nos preocupa, aunque sea simplemente para tomar unos mates y mirar los pajaritos. Acompañarnos, sin juzgarnos ni criticarnos.
Ni qué hablar, que si tenés la posibilidad, ir a un grupo de crianza es también un gran apoyo.
Hablar con tu hijo
Explicale lo que está pasando. Es muy importante que no se sienta responsable de lo que te pasa. Decile que a veces los adultos se quedan sin saber mucho qué hacer y eso no tiene nada de malo. Si ya tiene un cierto manejo del lenguaje, puede sorprenderte mucho con sus respuestas 🙂
Hablar con tu pareja
No sólo para pedir ayuda -que también- sino para compartir lo que te pasa. Son compañeros en este viaje. Traten de encontrar juntos formas de que te sientas menos agobiada, apóyense mutuamente.
Buscá una actividad que te ayude
Si necesitás relajarte, salir a caminar, escuchar música, hacer yoga.
Si necesitás descargar emociones «negativas» o sobrecarga energética, salir a caminar/correr, hacer algún otro ejercicio, bailar…
Tomate un ratito para vos.
Contacto, contacto, contacto
Ya sé, parece que ya lo puse. Pero es que cada vez que nos agobiemos, estén seguras, es que perdimos contacto con nuestro centro, con nuestro verdadero deseo. Muchas veces nos llenamos de actividades, de «quehaceres»… para no tomar contacto con nosotras mismas. Estamos haciendo lo que deseamos? Las tareas que realizamos, realmente nos llevarán hacia donde queremos ir?
Se te ocurren otros puntos? Dejame un comentario y ayudémonos entre todas!
Sobrecargada es decir poco. Especialmente hoy estoy que me subo por las paredes.
Me ha venido bien leer tu post
Un beso
Hola Mama de Verdad! Gracias por pasar y comentar! Me alegro que te haya venido bien. Ahora a respirar, y ver qué cosas se pueden sacar de la mochila 😉
Besos!
Hola Mariel tus post como siempre un placer y uno se siente que no esta solo en el mundo.
He transitado una etapa de soltar y no sabes lo bien que me ha venido es todo un proceso interno, literalmente tenía mis hombros que no daban mas, increíblemente hace varios meses que no tomo ni un solo relajante muscular. Es una realidad como nos posicionamos frente a las situaciones es lo que vale, es verdad que a veces cuesta un poquito mas. Tu blog ha sido de gran ayuda en este proceso.Muchas gracias!!!
Qué bueno Flor, pasá la receta para soltar! 😀
Yo me he negado a tomar relajantes, preferí tomar contacto con lo que mi hombro me decía… pero no es fácil, cuando hay que seguir respondiendo, detenerse y sentir… todo un trabajo!
Gracias por pasar!
Hola! Me senti muy identificada. Q tema que da para hablar horas y horas. Me parece q a veces nos olvidamos de que esto de criar un retoño es tarea compartida y cargamos con el 90% nosotras! Creo que no hay que apostar a ser una super mama o super mujer sino a disfrutar d nuestros hijos y ser felices junto a ellos.
Algo que me ayuda mucho es eso de tratar de tener mi espacio para hacer algo q me guste, me doy cuenta q es necesario para no olvidarnos de mimarnos un poco a nosotras tb! Un beso
Gracias Jes por pasar y comentar!
Es verdad, tomarnos un tiempo para nosotras ya es todo un ejercicio!