Los hijos ¿desgastan a la pareja?

pareja

La mayoría de las parejas atraviesan crisis inesperadas luego de la llegada de los hijos.

Qué nos pasa cuando nos convertimos en padres?

Los hijos desgastan a la pareja?

Cómo podemos evitarlo? Son crisis evitables?

Muchas preguntas… no vengo a dejarte respuestas hoy, obviamente. Cada pareja encontrará su camino.

Pero sí quiero dejarte algunas reflexiones que me parecen útiles.

Transformarse en una familia

Laura Gutman tiene un libro muy conocido, que se titula «La familia nace con el primer hijo».

Yo creo que en realidad la transformación comienza un poco antes, sólo que no nos damos cuenta del ciclón que se nos viene. La mayoría de nosotros, estoy convencida, se reproduce sin mucha conciencia del baile en el que se está metiendo 😀

Y en parte, ese «baile», tiene que ver con lo que nos pasa como hombres y mujeres. Más allá de las noches de insomnio, de pasar a hablar de cacas y pañales en vez de la última peli de tu actor favorito.

(Voy a seguir hablando de esto más adelante).

Vuelvo al título: la pareja se transforma en familia.

Los contratos -inconcientes o no tanto- que firmamos al decidir conformar la pareja, ya no nos van a servir de mucho. Hay que firmar otros, y además, rápido, porque hay un bebé que llora y hay que atenderlo.

MUY probablemente, ese bebé que llora nos haga tomar contacto con nuestra propia infancia herida. Y entonces saldrá a la luz toda una serie de reclamos: que no me apoyás… que vuelvo del trabajo y no me das bola… que estoy cansada y vos no hacés nada…

contrato de parejaY muchas veces, nos sorprenderemos de la profundidad a la que pueden llegar los desacuerdos. Pero, si antes de ser padres nos llevábamos bárbaro…

Creo que ya muy pocos se creen aquello de «y fueron felices, y comieron perdices«. Sabemos bien que la pareja se construye y sostiene día a día, más allá de las fotos de boda sonrientes.

Pero de todas maneras, por más bien avenida que sea nuestra relación, seguramente la transformación hacia una familia nos haga reacomodarnos. Asumir nuevos roles. Encontrar nuevos límites. Y, como decía más arriba, recontratar.

Dice Joan Garriga:

[blockquote source=]Porque una pareja mantiene su sentido mientras sigue siendo nutritiva, creativa, y un campo abonado para acoger los movimientos del alma profunda de sus miembros, pero deja de tenerlo cuando no es así. En ese caso, hay que afrontar, tarde o temprano, la ruptura. Y el valor y el arte para la ruptura son tan cruciales como el coraje y el arte para la unión. Hay que rendirse, soltar lastre, desapegarse, aceptar. [/blockquote]

Papá, Mamá: Mujer nueva, nuevo Hombre

Como decía más arriba, además de acomodarnos al rol de padres y sostener a una criaturita que lo necesita TODO de nosotros, tenemos que acostumbrarnos a nuestro nuevo ser.

Ese hombre y esa mujer que éramos, ya no existen más. Así de simple.

Hay mucho escrito sobre la vivencia de cambio total de la mujer puérpera. De hecho, yo también escribí algo. Sobre lo que vive el hombre… hay muy poco.

Casualmente -o no tan casual- hoy encontré este artículo de María José Gasc, que me gustó mucho.

Entonces, recapitulando, ese nuevo hombre y esa nueva mujer, tendrán que armar una nueva pareja. Una nueva forma de vincularse, mirándose -ojalá- sin prejuicios, sin reclamos. Re-conociéndose y aprendiendo a hacer del amor que se tienen, el vehículo para nutrirse e impulsarse como individuos, como padres, como amigos.

Así que, los hijos ¿desgastan a la pareja?

Si. Y no.

La llegada de los hijos hará que muchas estructuras se caigan.

Y se rasparán muchas cosas, se limarán otras, se agujerearán otras más, sin remedio.

Pero si a partir de esa crisis, ese hombre y esa mujer deciden separarse… entonces, los hijos simplemente han puesto en relieve cosas que ya estaban, bajo la superficie. Habrá personas que prefieran no tener hijos y seguir viviendo así. Y bien está.

Pero si al transformarnos en familia, logramos crecer como personas, hallando nuevas formas de relacionarnos, acompañarnos, apoyarnos… entonces, bienvenido el desgaste!!!

Y vos, cómo lo viviste? Dejame un comentario!

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