Si vienen acompañándome en este viaje delirante por los conceptos reichianos aplicados a la crianza, tendrán una idea del concepto de salud que manejamos.
Una definición que se aleja bastante de la «salud» como es entendida desde la medicina occidental.
Podríamos decir que para Reich, la salud no es más que el proceso que vive todo organismo mediante la autorregulación. Desarrollándose en armonía con su entorno, en completa libertad para realizar sus deseos e impulsos. Gozando de estar vivo.
Es decir, que como primera cosa a tener en cuenta:
La salud es inherente a la vida autorregulada. No es un objetivo a conseguir, o un logro que alcanzamos gracias al cuidado médico.
Esto no significa que no se pueda hacer medicina preventiva. Por supuesto que se puede, y bien útil sería que más médicos trabajasen en ese ámbito.
Pero la prevención y el verdadero trabajo en la salud, no pueden ser ejercidos por personas que están enfermas, y no son concientes de su enfermedad. Si el personal de salud -médicos, enfermeras, auxiliares, etc.- no es capaz de reconocer su propia coraza caracterial. Si no muestra capacidad de reflexión y crítica ante el ejercicio del poder que el sistema de salud tradicional les impone. Si no empatiza y contacta con las personas que tiene enfrente.
Nuestro sistema de atención a la salud, es en realidad un sistema que ve al cuerpo como algo mecánico, que debe funcionar de acuerdo a determinados patrones, y que actúa invasivamente ante el menor desliz.
Y en el momento del embarazo, y nacimiento, procesos sanos y expansivos por excelencia, es donde muchas veces esa coraza muestra su lado más pestífero: la violencia obstétrica.
Seguramente conozcan miles de historias sobre esta violencia que se ejerce silenciosamente en cada minuto. Aquí les dejo la mía.
En este momento, en mi país se está intentando reglamentar el ejercicio profesional de las parteras, de modo tal que quedarán impedidas de atender partos domiciliarios.
Esta es sólo una muestra más de la violencia que el Estado ejerce sobre nuestros cuerpos, el lobby médico en todo su esplendor no puede resistir que algo así se les escape.
Espero que la comunidad social más conciente pueda encontrar las formas de luchar contra este nuevo intento.