Si estás embarcado desde hace un tiempo en este viaje de la Crianza «con Apego», o respetuosa como prefiero llamarla, seguro que ya lo sabés: hay veces que no alcanza.
Algunas veces, por más que hayamos leído todos los libros sobre el tema, se nos sale un grito. Aunque hayamos podido alcanzar niveles de autoconciencia insospechados antes de ser padres, fallamos en lo que nosotros mismos pretendemos hacer.
Yo lo sé, porque últimamente me está pasando. Bastante seguido.
Cómo afrontar esos momentos?
Lo primero es intentar no darse palo.
Ya sé, es difícil: la culpa siempre está rondándonos. Es que al elegir esta forma de criar, seguramente estamos intentando alejarnos de ese modelo autoritario que conocimos tan bien siendo niños. Y darnos cuenta que hemos caído, duele, y enseguida nos hace sentir muy mal por provocar ese dolor en nuestros hijos.
Pero tengamos presente que equivocarnos es parte del viaje. Y que si nos dimos cuenta y nos duele, es una señal de que no hemos perdido el contacto.
Lo segundo, es intentar pensar-nos en la situación que provocó este dolor.
La mayoría de las veces, se darán cuenta de que la «explosión» venía preparándose desde antes. Y que casi siempre, esa preparación tuvo muchos otros ingredientes, que no tenían que ver directamente con nuestro hijo.
Como les decía, por más que hayamos leído de todo e intentemos estar siempre concientes, nuestra sombra aparecerá en los momentos de mayor estrés.
Porque para eso está.
Claro, es fácil deshacerse de ella, decir que la hemos superado, mientras estamos tranquilos y felices.
Pero nuestra sombra se creó en algún momento, para defendernos de situaciones que no supimos manejar de forma más sana. Y ante el aumento del estrés y la tensión, nos iremos quedando sin recursos… y nuestra vieja defensa saldrá a la luz.
Si la negamos, si no queremos encontrarnos con ella… seguirá allí, escondida. Y nos estaremos perdiendo de mucha información.
Si en cambio, la aceptamos, nos «amigamos» con esos rasgos que tanto nos disgustan de nosotros mismos, podremos quizás darnos cuenta qué situaciones hacen de gatillo. Qué otras cosas podemos hacer para disminuir la presión antes de explotar.
Sin hacer responsable a nuestro hijo de nuestra frustración y nuestro enojo.
Herramientas útiles
Hay varias cosas que podemos hacer:
- Respirar hondo, contar hasta 10 (o lo que sea necesario)
- Salir de la situación, caminar afuera si es posible
- Tratar de detectar qué cosas nos están estresando, y qué se puede hacer con cada una (por ejemplo: si estamos apurados preparando la comida, nuestro hijo nos reclama, y suena el teléfono… podemos apagar la cocina? Desconectar el teléfono?)
- Si no pudimos frenarnos: reaccionar lo antes posible. Decir «Lo siento», consolar, intentar recuperar la conexión perdida. Y permitirnos llorar junto a nuestro hijo, si sentimos que es adecuado.
Te toca!
Qué otras cosas harías? Has comprobado alguna de estas herramientas? Dejame un comentario! Y suscribite al boletín de noticias para seguir recibiendo todas las novedades!
Ay Mariel este post me viene de maravilla justo hoy tuve una situación con mi hijo que me dejo mal, al instante me di cuenta y pude abrazarlo y pedirle perdón, el mismo con dos añitos me decía no pasa nada mamá pero eso no se hace! Muchas gracias!!!
Hola! Gracias por pasar y comentar!
Me alegro que te haya ayudado. Qué genial la respuesta de tu peque! Un abrazo
Mariel muchisimas gracias porque creo que a veces la mejor teoria es la propia experiencia de un mortal en completa sinceridad…humaniza…a todo y a todos…gracias, con mi hija de 2 años me esta pasando bastante seguido tambien y como vos decis justamente porque yo, la madre, esta pasando por un momento de estres…alentador saber que es posible evitarlo con estos recursos que planteas! 🙂
Hola Flor! Qué bueno tenerte por acá otra vez.
La sinceridad es algo q me sale y no siempre me favorece jeje… pero ahí vamos, aprendiendo junto a nuestros pequeños maestros, a despojarnos también de nuestra imagen de madres-psicólogas-perfectas 😉
Un abrazo y gracias por pasar!
Magnífico, Mariel 🙂
Todo el post es excelente pero esta frase es la que lo define todo: «equivocarnos es parte del viaje».
Gracias por recordarlo. ¡Comparto!
Un abrazo
Muchas gracias Himar por pasar, comentar y compartir!
Creo que muchas veces escribo para convencerme a mí misma de lo que digo 😉
En eso estamos!
[…] Para leer el artículo, aquí […]
Hola Mariel este post llega justo al final de un día agotador para mi..y es que tengo dos pequeños de 3 y 1 año que juntos son como una licuadora sin tapa!!!y que difícil se me hace últimamente seguir en la línea..que hacemos cuando todo lo intentamos,cuando gritamos para que nos escuchen porque hablando el mensaje no llega..que hacemos cuando el cansancio es tan fuerte que sin querer se te va la mano,se te va un castigo,un grito..últimamente me siento la peor madre del mundo y no se que es lo que estoy haciendo mal..estoy triste porque apuesto a la crianza con apego pero no veo frutos y no veo la luz.. 🙁
Gracias!
Hola Flor, lamento que te estés sintiendo así.
Creo que todos los padres pasamos por momentos de desaliento, y supongo que con dos niños pequeños debe ser bastante más seguido.
Lo primero que te diría es que el mensaje siempre llega. Ellos eligen no hacer lo que les estás diciendo. Esto puede deberse a varios motivos, la mayoría relacionados con la falta de conexión entre uds.
El grito no va a hacer que tu mensaje se escuche. Sólo es una vía de escape para tu frustración.
Lo primero para retomar el contacto, es hacerlo contigo misma. Qué sentís cuando no sos escuchada? Lo que estás tratando de decir, realmente tiene que ver con tus hijos? O con algo tuyo?
Y por otro lado, qué «frutos» esperás? Son realistas? Criamos con apego para que nos hagan caso? O para intentar respetarlos en su libertad, aunque no siempre nos guste lo que hagan?
Te recomiendo que busques la «tabla de las metas equivocadas». Si no la encontras, escribime que te la mando. Es una buena herramienta.
Un abrazo!
Hola Mariel,
Nos gustó tu artículo y lo publicamos en nuestra comunidad de Mamá NIdo. Enhorabuena por tu estupendo trabajo .
http://www.mamanido.org/2014/06/cuando-la-crianza-con-apego-no-alcanza/
Gracias Amaya! Qué honor!