Es la crianza autorregulada una moda?

El otro día escuché -o más bien leí, porque fue en un chat- que alguien había dicho «ah, no, a mí todas esas nuevas modas de la maternidad y la crianza no me interesan»

Y me quedé pensando…

Si, en algún sentido, podríamos decir que es una «moda». Porque muchas veces, las etiquetas «crianza con apego», «crianza natural», «crianza autorregulada» y agreguen uds las que les parezca… se usan para vender algo. Un curso, un taller, un objeto como un fular, etc, etc.

Ojo, no está mal, intentar cobrar por lo que uno hace, ofrecer un servicio vendiendo algo que el otro necesite. Yo también lo hago 😉

Pero muchas veces esta comercialización de todo a la que estamos habituados los occidentales, hace que se banalicen las cuestiones más… de fondo, por así decir.

Ya dije una vez, que no basta, para criar respetuosamente, cumplir con todo el listado: lactancia-colecho-porteo.

Pero más allá de esta pequeña disgresión… yo creo que no. No es una moda. E incluso, me atrevo a decir que ojalá lo fuera. Para aprovechar el envión jeje.

No, no es una moda

Creo que, dado el estado actual de las cosas, todos podemos estar de acuerdo en que vamos mal.

La cultura dominante, occidental, capitalista, judeocristiana, patriarcal, etc, etc… nos ha llevado al borde de una catástrofe, ecológica, humana, social, muy pero muy evidente.

Y si lo pensamos con perspectiva histórica, cada generación, sólo ha empeorado la situación anterior.

Les parecerá que estoy delirando y que esto no tiene nada que ver con lo que venía hablando.

Pero sí. Sí que tiene que ver.

Porque como Reich ya decía hace más de 50 años, los niños que criamos hoy son los adultos del futuro.

Y por lo tanto, en NOSOTROS está, criar personas sensibles, generosas, respetuosas de la naturaleza, amantes de la vida en comunidad y en cooperación.

Caramba!! Esa definición se acerca mucho, casualmente, a la de un niño. Basta con observarlos sin intervenir, si hemos acompañado su desarrollo lo más respetuosamente posible. Están llenos de amor, de energía vital, limpia y pura.

Así que, si asumimos como cierto que todos los humanos llegamos con esa disposición… y observamos a los adultos de hoy… debemos asumir que, en la crianza, generación tras generación, venimos metiendo la pata hasta el fondo.

Que no podamos ver esto, es para mí, una señal de la misma desconexión profunda que debimos activar en nosotros, para no sufrir las heridas recibidas en los primeros años de vida.

En criollo: si tu hijo llora desconsolado, y a vos no se te activa hasta el último nervio de tu cuerpo para ir a ver qué le pasa, es que cuando vos eras tan chiquito como él, tuviste que desconectarte de vos mismo. Porque nadie acudió a tu llamado.

Y entonces, no sabemos qué hacer. Estamos tan desconectados que nos perdemos. Y ahí entran, fácilmente, los libritos, los gurús de crianza, o el consejo del pediatra, el verdulero o la abuela.

Y de esa misma desconexión, nace la desidia ante todo lo terrible que vemos diariamente. Mi vecino maltrata a su perro y no hago nada. La maestra de la escuela le grita a los niños y no hago nada. La fábrica de la ciudad de al lado ensucia mi aire, mi río, y no hago nada.

Entienden por qué digo que ojalá fuera una moda? 😉

Por qué, entonces, se está oyendo cada vez más?

Creo que como todo cambio de paradigma, es lento, va paso a paso, casi subterráneamente a veces.

Creo que a cada vez más gente, le empiezan a hacer ruido ciertas cosas. Y se empiezan a cuestionar.

Creo que cada vez más, habemos ma/padres que cargamos con nuestra mochila, nos hacemos cargo, y con todo el amor del que somos capaces, intentamos abrir un caminito.

Pero tal como definí más arriba, el cambio no será posible si no es en colectivo, en cooperación, sin juicio al otro, sin mezquindades. O al menos intentándolo.

Avanzamos juntos?

reciennacidpo

 

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