Como les comenté en un post anterior, la coraza es el conjunto de tensiones crónicas, que cumplen la doble función de defendernos de las agresiones del exterior y reprimir nuestra expresión libre, sofrenando el flujo energético a través de nuestro organismo.

En la coraza no hay una organización clara, del estilo energía-versus-paredmuscular. La energía que reprime y la energía que es reprimida es la misma; el flujo energético que podría usarse para la expresión, se consume en la contención.
Cómo se dispone la coraza muscular?
A través de nuestro desarrollo, vamos creando nuevas configuraciones expresivas/represivas, dependiendo de nuestros factores individuales, y el ecosistema en donde crezcamos. Es un proceso en donde las funciones vegetativas más simples se van oponiendo y asociando, creando una estructura que se va complejizando: la coraza.
Las experiencias de nuestra infancia, en donde no se pudo dar una descarga autorregulada, van dejando «depósitos» en nuestro organismo, en la forma de tensiones musculares crónicas. Dice Reich: «La hipertensión muscular crónica expresa una inhibición de toda excitación, trátese de placer, angustia o de odio».

El flujo energético corre por nuestro organismo en forma vertical, de la cabeza a los pies. De modo que para retenerlo, la coraza debe configurarse en forma de anillos perpendiculares a este flujo. Como si nos ataran con una gruesa soga todo alrededor de nuestro cuerpo.
Los segmentos de la coraza
Estos anillos, llamados segmentos, son relativamente autónomos, en el sentido en que a cada uno le corresponde una función o conjunto de funciones a defender o reprimir, atañen a los músculos y órganos que están cercanos, y también se relacionan con una etapa del desarrollo. También se les puede adscribir a cada uno, una «actitud» caracterial. Sin embargo, todos «trabajan» juntos, dado que el individuo y su carácter son únicos.
Por ejemplo: el Segmento Ocular es el primero que evolutivamente desarrollamos, y también el primero que se trabaja terapéuticamente. Implica los ojos, la musculatura de la frente y los globos oculares, los oídos, el cuero cabelludo, etc. Su función es la de reprimir o anular el contacto con el mundo exterior. Por ello conocemos a veces personas que tienen una característica expresión de «mirada vacía».
Los demás segmentos son: Oral, Cervical, Torácico, Diafragmático, Abdominal y Pélvico.
Ampliaré más sobre cada uno de ellos en próximos artículos.
Lo que sí me importa dejar claro hoy es que esta disposición segmentada de la coraza se da siempre, en todos los individuos, aunque tendrá las características particulares de cada uno.
Existe la coraza «sana»?
Es una pregunta que todos los terapeutas reichianos nos hacemos. Es posible vivir armónicamente en este mundo, en esta sociedad llena de negatividad? Es posible defenderse sin perder flexibilidad y vitalidad?
La coraza «genital» (llamada así por Reich, dado que se alcanzaría luego de completar la etapa genital del desarrollo) es flexible, móvil, adaptativa. Defiende al individuo cuando es necesario pero no constriñe su autorregulación ni su autoexpresión. No se vuelve crónica. La persona con una coraza genital vive en función del amor hacia sí mismo y los demás. El individuo neurótico, en cambio, vive en función de la angustia, por no ser amado como lo necesitó, por reprimir en sí mismo el abandono a su propio flujo vital.
Queda clara una vez más, la importancia de la prevención en la crianza de nuestros hijos…
Me dejó pensando tantas cosas…
Saludos,
c
Qué bueno Constanza! Esa es la idea! Cuando quieras pasá a contar qué cosas pensaste.
Gracias por leer y comentar!